La fertilización seguramente es una de las decisiones más transcendentales en la siembra de cualquier cultivo. Tanto en lo que ser refiere a su influencia en la producción como en la rentabilidad del cultivo. Debe ser la justa, ni perder dinero ni dejar de ganarlo.
Para ello estamos siguiendo dos estrategias que están dando unos resultados muy gratificantes:
➡ Localización del fertilizante cerca de la semilla, que es donde de verdad se consume el mismo. Para ello utilizamos fertilizantes de máxima calidad. Su pH no puede ser excesivamente salino y además su concentración en nutrientes debe ser lo más alta posible (para aplicar una cantidad razonable y que sea operativo). Esto último es lo más complicado de resolver, pero se soluciona con fertilizantes especiales.
➡ Aplicar el fertilizante a dosis variable, localizando mayor cantidad en las tierras donde más lo necesita (que generalmente son las que tiene menos CIC). Para ello un mapa de concentración de nutrientes es perfecto. En nuestro caso lo hacemos a partir de MAP2SOIL
